El sueño de Núria Farran, madre de Faded Line, siempre había sido fundar una marca de moda. En el 2015, vivir en Tulum, cerca de la naturaleza, le hizo darse cuenta del impacto que la forma en que vivimos está teniendo en el planeta y que la necesidad de un cambio es imperativa. Entonces, de la mano de sus sueños y convicciones, nació Faded Line, una marca de moda consciente, ética y local.
Ser consciente en cada paso del proceso, desde la inspiración hasta el abastecimiento y la producción, es imprescindible para nuestro pequeño equipo. Queremos crear piezas para siempre para aquellos que buscan prendas hechas con amor y durabilidad.
Trabajamos con empresas con certificado GOTS para adquirir las telas, forros, entretelas, tejidos y etiquetas de cuidado que utilizamos en toda nuestra producción. Siempre buscamos calidades recicladas u orgánicas para dar vida a nuestras creaciones. También trabajamos con empresas locales que venden dead stock, para dar una segunda vida a estos tejidos y reducir el desperdicio de producciones en masa pasadas.
Producimos colecciones limitadas en pequeños talleres en Barcelona y pagamos a sus trabajadores salarios justos para hacerlo porque creemos que las prendas con precios éticos deben fabricarse de manera ética. Todas las piezas son parte de una pequeña producción que se ha hecho localmente.
